Pastoral del Sordo de Valencia

jueves, 4 de julio de 2019

LECTURAS ADAPTADAS PARA PERSONAS SORDAS

DOMINGO DECIMOCUARTO
TIEMPO ORDINARIO

CICLO C

PRIMERA LECTURA

Isaías, 66, 10-14

Celebrad una fiesta en Jerusalén, gozad con ella todos los que la amáis.
Alegraos de su alegría  vosotros que antes llevasteis luto.
(Jerusalén es  como una madre).
Vosotros mamareis a sus pechos y quedareis llenos de sus consuelos.
Porque así dice el Señor:
Yo enviaré hacia ella la Paz, como un gran río, como un río en crecida.
Hacia Jerusalén vendrán las riquezas de las naciones.
Todos los pueblos llevaran en brazos a sus criaturas.
Sobre las rodillas las acariciarán;
Como a un niño a quien su madre consuela, Yo, Dios, os consolaré así.
En Jerusalén seréis consolados.
Al verlo se alegrará vuestro corazón  y vuestros huesos florecerán como un prado.
La fuerza de Dios se manifestará a sus hijos.           
                                       
                                             palabra de Dios

SEGUNDA LECTURA 

Carta de San Pablo a los Gálatas 6, 14-18
Yo solamente me alegro en la cruz de Jesucristo.
Pido a Dios que no me permita  apoyar mis fuerzas en otras cosas.

En la cruz de Jesús el mundo está crucificado para mí, y yo estoy crucificado para el mundo.
Lo importante no es  (ser judío o pagano),  estar circuncidado o no estarlo, sino la nueva criatura (ser hijo de Dios, en Cristo, por el bautismo).
La paz y la misericordia de Dios son para todos los que obedecen esta (nueva) ley (de la justificación por la fe).
También sobre Israel.
En adelante nadie debe molestarme (con normas judías) porque yo llevo sobre mi cuerpo las marcas de Jesús   (la señal de la cruz).
La gracia de Nuestro Señor Jesucristo, está con vuestro espíritu, hermanos. Amèn.

palabra de Dios


Evangelio según San Lucas 10, 1-12. 17-20

Jesús elige setenta y dos discípulos para enviarlos, de dos en dos,  delante de Él a todos los pueblos.
Jesús dice:
“La mies (la cosecha) es abundante, pero los obreros son muy pocos: Debéis rogar al dueño de la mies para que mande obreros a su mies.
¡Poneos en camino!
Yo os mando como corderos en medio de lobos.
Vosotros no llevéis sacos, alforjas, sandalias. (Id desprovistos de seguridades)
Vosotros no os paréis a saludar a nadie por el camino. (La misión es urgente)
Cuando vosotros entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”.
Si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz;
Si allí no hay gente de paz, la paz volverá a vosotros.”
“Vosotros quedaos siempre en la misma casa; comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario.
No andéis cambiando de casa en casa.
Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os den; curad a los enfermos y decid: “El Reino de Dios está cerca de vosotros”.
“Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza y decid: “El polvo de vuestro pueblo que se ha pegado a nuestros pies, (os lo devolvemos), lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que está cerca el Reino de Dios”.
Los setenta y dos vuelven muy contentos y dicen a Jesús:
“Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre”
Jesús contesta:
“Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.
Mirad: Yo os he dado poder para pisar serpientes  y escorpiones  y a todos los (ángeles) enemigos.
Pero vosotros no debéis estar alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están escritos en el cielo”.
palabra de Señor

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