La muerte tiene dos
caras:
La separación y el encuentro Las
dos madres viudas viven integradas esas dos caras de la muerte, porque
El creyente que ha guardado la Palabra ,
aquí en la tierra, verá la vida por
porque está unido al Padre, origen de la Vida.
La Iglesia es como una madre viuda que llora por sus hijos,
muertos por el pecado.
La Iglesia se alegra cuando ve
que sus hijos vuelven a ella (son devueltos por la fuerza vivificante del Espíritu
Santo).
El
Padre entregó a su Hijo a la muerte para que en cualquier muerte aparezca el
cordero que evitará la muerte de la persona querida (Isaac y cualquier otro hijo)
Para Pablo la
conversión era imposible porque estaba convencido de que lo hacia bien (de
acuerdo con la voluntad de Dios)
Pero
La Palabra se
mete en él y cambia totalmente su vida. Estaba Muerto y, ahora, empieza a
vivir.
Dios ha elegido a Pablo desde el
seno de su madre.
Elías
pide a la viuda que le de a su hijo que está en el regazo.
Jesús
pide a la viuda que le de a su hijo desde la desesperanza y la angustia.
Los
tres hombres han sido separados de su origen vivo (madre) para ser devueltos
vivos en Dios.
Las
relaciones familiares cambian a mejor.
Jesús
es capaz de renovar completamente las relaciones humanas
Y
que no estamos solos ni en la vida ni en la muerte
En
el Bautismo y la Penitencia
los muertos del alma resucitan.
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